QUIÉN SOY
Buenas compañeros.
Dicen que es de buena educación presentarse cuando alguien crea una web como ésta. Así que aquí estoy, en modo presentación, para contaros mi “Hola, soy nuevo”.
Me hago llamar Don Topo, nací y me crie en Madrid, para más señas en Carabanchel, donde “Manolito Gafotas”, hace ya 43 años.
Fue con 14 años, allá por el 1985, cuando entré por primera vez en una cueva, El Gorgocil – Guadalajara, armado con una linterna de “petaca” atornillada a un casco de albañil. La palabra que definió aquella primera visita es "Fascinante".
Me picó ese bicho que hay en las cuevas y, en los siguientes años, mi amigo Quique y yo empezamos a curiosear en diferentes cavidades de la zona centro. Fueron años de carburero Fisma y 10 m de cuerda de esparto.
Con la osadía que da la ignorancia, y pensando que leer un libro era suficiente para meterse en una vertical seria, con 17 años me vi colgado de un pozo de 30, junto a mi compañero Quique, en el Sumidero de Matasnos - Cuenca.
Sin saber que la instalación hay que separarla de la caída de agua (y más en un sumidero), sin apenas saber cómo hacer un fraccionamiento, sin haber practicado en exteriores con nuestros flamantes y nuevecitos aparatos… Aquel día pudimos habernos matado. De hecho, el ascenso fue una odisea. Creo que inventamos la conocida técnica denominada “Yo salgo por mis huevos”.
Después de aquello, tanto a Quique como a mí nos dio un ataque de Sentido Común: Quique no volvió a entrar en una cueva en su vida y a mí, que me picó muchísimo más eso de verme colgado de un pozo, me dio por pensar que igual era bueno acercarme a algún club de espeleo.
Así me enrolé con el GAEM, en Madrid, donde realmente aprendí a hacer espeleo, a visitar grandes cavidades, a subir a la zona norte.
Alguien me lio y, sin saber muy bien cómo, me vi dentro del grupo de socorro de la federación madrileña. Eran los primeros años de los 90. Participé en varios simulacros, incluso en uno que terminó en rescate por caída de un socorrista desde 4 m.
Años muy productivos para mi espeleo-curriculum.
Trabajo con temas navales, así que tuve que marcharme de Madrid, a buscarme las castañas siempre en zonas de mar. Así tuve que cerrar esa época con el GAEM.
Primero mis castañas aparecieron en Gijón y luego en Águilas - Murcia. Me uní a un pequeño grupo en Águilas, el GECA, que hacían sus pinitos por Murcia, Almería, Albacete y Alicante.
Pero se me acabaron las castañas en Murcia y, después de varias estancias por Coruña, Vigo y Barcelona, mis huesos dieron a dar a Bilbao. Así en el 2010 aterricé en Castro.
A la par que engañé a mí por entonces inexperto compañero Manuel para que me acompañara a una cueva, a sabiendas que se picaría con la espeleo, intenté contactar con el GELL y el GRAES.
Manuel y yo nos dedicamos, mientras, al espelo turismo, a varias de las grandes travesías de la zona norte.
Por casualidad conocimos a Iñaki, de los Haitzulos, y a falta de grupo Manuel y yo nos federamos con ellos.
Echaba de menos mis años en el GAEM, en los que los jueves por la tarde nos reuníamos en el local del grupo a tomar una cerveza y, entre los 15 o 20 asistentes, siempre surgían planes para el fin de semana.
Un día, en el curro, coincidí en la máquina del café con un compañero de trabajo, Koldo, aficionado a la montaña. Le comenté esto mismo, la poca actividad de los Haitzulos, que echaba de menos un grupo activo, con diversidad de planes a los que unirte, según te apeteciera.
Koldo conocía a gente del Esparta, a Joserra y Marijé. Un par de llamadas y, casi sin darme cuenta, estaba asegurando a Andrés mientras instalábamos un pasamanos en Arenaza y federado con los del Burnia.
Poco después conocí a mis amigos de Santoña y Gama, con los que hemos atacado muchísimas de las grandes travesías de la zona norte.
Y esta es la historia de cómo he llegado hasta aquí. Y aquí estoy, haciendo una presentación un poquito más larga que el típico “Hola, soy nuevo”.
Un saludo a todas/os y gracias por hacerme un hueco.